martes, 16 de septiembre de 2008

EL GATO

La mañana está fría, casi a salvo. La noche salió ilesa y ningún rayo fue capaz de tocarme. Despejar. Despegar. De verdad que soy tan tan pequeña como flor de azafrán. Tan pequeña que cierto cierto cierto eso no es importante. Permeable a la lluvia o a la tuya y tus manos atávicas áticas y derretidas. Impermanencia de estas calas, de pistilos llenos en valles polvo y ripio. Creo intuir, porque cierro mucho los ojos, que alguien no está y que nunca estuvo, varias estelitas a través de las ventanas. Eso es pisar incómodo pero viento de temporada. Un gato me mira audaz y comprensivo, lo hago entrar. Empieza a ronronear sobre mí.

1 comentario:

gab dijo...

somos viendo, que sopla que viene y va
somos viento
energia y movimiento
somos viento
que es lo q somos, lo que somos en realidad
sólo he venido a darte mi abrazo...